CÓMO MANTENER FINANCIERAMENTE TU NEGOCIO EN ÉPOCA DE COVID-19

Desde KLOOS nos hemos hecho muchas preguntas y somos conscientes de que el 2020 se ha presentado con una crisis sin precedentes: un virus capaz de paralizar la economía mundial. Ante esta situación, la reacción natural en el ámbito empresarial fue justamente esto: reaccionar.

La primera reacción llevada a cabo estuvo relacionada con el bienestar de sus trabajadores, tomando medidas inmediatas para poder asegurar la salud de todos. Las personas son el eje fundamental del órgano de las empresas.

Esta crisis ha representado un gran proceso de transformación. Las organizaciones se encontraron ante una aceleración forzada en la automatización de tareas y en la implantación de métodos de trabajo no tradicionales, como el teletrabajo, en tiempo récord.

Si bien es cierto que en algunos países del mundo se ha notado una contención en la propagación de la pandemia, y se espera avanzar al siguiente estado denominado nueva normalidad, se debe mantener alerta a nuevos brotes y a la actualización de los indicadores sanitarios relativos al COVID-19. La situación actual aún debe ser de máxima preocupación.

Como segunda prioridad, se ha reaccionado en términos de tesorería. El FMI espera una contracción de la economía mundial en torno al 3% este año. Las empresas que identifiquen cómo gestionar la crisis a su favor son las que saldrán victoriosas.

La esperanza está viva, y el lineamiento de muchos líderes financieros en el mundo es positivo. Según una encuesta realizada por PwC a más de 800 CFO’s del mundo, en la semana del 20 de abril, casi la mitad de los encuestados aseguraron que sus empresas podrían volver a la normalidad en tres meses si la crisis finalizara hoy.

Es momento de reinventarse para sobrevivir. Algunas empresas están inmersas en un estudio de optimización de costes, adopción de medidas en los centros de trabajos, redefinición de las inversiones previstas, ajustes en los eslabones de sus cadenas de suministros, definición de políticas de capital circulante y determinación de nuevas líneas estratégicas. El objetivo es, más allá de afrontar el impacto actual y analizar las distintas variables que puedan afectar a los estados financieros de la compañía, estar reforzadas para tener margen de maniobra en el futuro ante situaciones similares.

Se podría considerar un hecho que el cierre de este ejercicio implicará una caída de los ingresos y de los beneficios en una gran parte del sector empresarial. Por tanto, los líderes mundiales deberán redefinir sus objetivos y priorizar el bienestar de sus ciudadanos, la gestión de la liquidez, los procesos transformacionales y las nuevas líneas estratégicas.